La situación de la escolarización de las mujeres en América Latina es, hoy por hoy, todavía muy problemática. La primera observación a tener en cuenta es que no es posible generalizar, dado que las diferencias, tanto en el porcentaje de cada generación escolarizado en las distintas edades, como en las proporciones comparadas de hombres y mujeres, es enormemente desigual por países, y presenta un panorama de fuertes contrastes.
El tomo comparativo del estudio "Mujeres latinoamericanas en cifras"* ofrece el siguiente panorama:
a) Hay un primer grupo de países que tiene una alta cobertura en educación básica, cercana o superior al 90%, y en los que la educación secundaria alcanza porcentajes cercanos o superiores al 50% de cada grupo de edad. Argentina, Chile, Cuba, Panamá y Uruguay son los países que se encuentran en esta situación, seguidos por Costa Rica y Perú con porcentajes algo inferiores. En estos países los porcentajes de población sin escolarizar y las tasas de analfabetismo son inferiores al 10% de la población total.
b) Hay un segundo grupo de países en los que se ha logrado una cobertura casi total en la educación básica, pero en los que, en cambio, la educación secundaria alcanza tan solo a un tercio o menos de cada grupo de edad; y, al mismo tiempo, los porcentajes de personas sin instrucción y de personas analfabetas oscilan entre un 10% y un 15% de la población mayor de 15 años. Colombia, Paraguay y Venezuela se hallaban en esta situación en la década de los ochenta, y en la de los noventa llegan a ella Ecuador y México.
c) En un tercer grupo de países la cobertura, incluso a nivel de escolarización básica, es muy insuficiente. Los porcentajes de población sin instrucción alcanzan niveles superiores al 16%, y lo mismo ocurre con las tasas de analfabetismo. En esta situación se hallaban, en los ochenta, El Salvador, Guatemala y Honduras, y en los noventa, Bolivia, Brasil, Nicaragua y República Dominicana. El Salvador y Guatemala destacan, dentro de este grupo, por su dramática situación, con cifras de analfabetismo superiores al 40% de la población en este último país.
Ésta es la situación global de la educación. Si se analiza específicamente la situación educativa de las mujeres, se observa que no existe un paralelismo estricto entre el nivel general de escolarización y el nivel de la escolarización femenina. Perú es el país que presenta mayores desniveles de escolarización por sexo, con un 17.4% de analfabetismo femenino en 1990 y un 4.1% de analfabetismo masculino.
Por otra parte, estos porcentajes varían drásticamente según se considere a la población urbana o rural.
Hay que señalar, sin embargo, que los ritmos de crecimiento de la escolarización femenina siguen patrones un tanto diferentes en la mayoría de los países latinoamericanos de los que han seguido en países europeos, como por ejemplo España. En efecto, mientras en España —que aquí tomamos únicamente como punto de referencia para la comparación— la escolarización femenina fue aumentando desde la primaria hasta la superior de modo tal que el gran crecimiento en el acceso de las mujeres a la Universidad se realiza cuando se ha completado ya la cobertura en la educación primaria, en algunos países de América Latina parece darse un patrón algo distinto: se produce un gran crecimiento en el acceso de las mujeres a la Universidad mientras se mantiene aún un cierto déficit en la escolarización primaria. Así por ejemplo —y siempre siguiendo la información que ofrece el tomo comparativo del estudio "Mujeres latinoamericanas en cifras"— Colombia alcanzó un 51% de matrícula femenina en las Universidades en 1990, mientras hay todavía un 14.1% de población femenina analfabeta. Ello muestra, por una parte, la rapidez del crecimiento educativo en los últimos años; en efecto, las grandes diferencias se observan sobre todo entre generaciones diferentes. Así por ejemplo, las cifras de analfabetismo en Bolivia en 1988 eran de 3.5% para las mujeres de 15 a 19 años, y de 66.8% para las de 50 años y más.* Esta pauta se repite en diversos países; y por otra parte, la especificidad de la problemática latinoamericana, con países en los que hay todavía amplios sectores de población rural o población indígena, con serias dificultades para acceder a la escolarización. El Plan Nacional "Mujer y desarrollo 1994-2000" de Panamá, por ejemplo, señala que a nivel nacional hay un 10% de hombres analfabetos y un 11% de mujeres; sin embargo, entre la población indígena, estos porcentajes alcanzan el 36% y el 54%.†
Diversos países han alcanzado ya el 50% de matrícula femenina en la enseñanza superior: para 1990, Brasil, Cuba, Ecuador, Uruguay, Venezuela y Panamá, además de Colombia, presentan esta situación, y en algunos casos la superan ampliamente, como en el de Panamá donde el porcentaje de mujeres matriculadas en los estudios superiores alcanza el 66%. Para el total de América Latina, el porcentaje de mujeres en educación superior es del 48%, dato altamente esperanzador respecto de las posibilidades de llegar a alcanzar la igualdad educativa entre los sexos en un plazo relativamente corto.
Sin embargo, la distribución de la matrícula femenina según tipo de estudios muestra todavía una fuerte desviación hacia una orientación estereotipada: en los estudios de Ingeniería es donde suele haber un menor porcentaje de mujeres matriculadas. Los datos disponibles muestran que la cifra oscila entre el 9.2% o el 11.1% de mujeres matriculadas en los estudios de Ingeniería en El Salvador y en Argentina, respectivamente, hasta el 27.3% o el 30.9% en Nicaragua y en Cuba. Se trata de cifras de finales de los ochenta o de 1990, de modo que es posible que en la actualidad hayan tendido a una mayor igualación. En el otro extremo, hay una acumulación de la matrícula de mujeres en los estudios de Humanidades (80.5% para Argentina, por ejemplo) de Ciencias Sociales (79.2% para Colombia) o de Ciencias de la Educación (79.9% para Brasil). Es decir, se ha alcanzado una alta presencia de las mujeres en la Universidad, pero no una distribución equilibrada de hombres y mujeres en los diversos tipos de estudios.
LA SITUACIÓN EDUCATIVA DE LAS MUJERES EN AMÉRICA LATINA